¿POR QUÉ NO ESCUCHAN LOS POLÍTICOS?

Post Público 18/07/2016 19 1.869
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Dicen que escuchar es un arte. Y si se hace de forma activa se convierte en virtud. Esta habilidad de la escucha activa es una técnica de comunicación humana que implica mostrar disposición e interés por el que habla y proporcionar respuestas. Pero, lamentablemente, no todas las personas la ponen en práctica, y mucho menos en el ámbito político, donde esta capacidad parece haberse eclipsado.

Y digo eclipsado por un doble motivo: porque la falta de entendimiento y acuerdo entre las diferentes formaciones políticas nos ha abocado a la convocatoria de nuevas elecciones (sin descartar que se nos vuelve a citar otra vez en noviembre). Y por, lo que aún considero más grave, la escasa empatía de los dirigentes públicos con la sociedad.

La comunicación, a lo largo de la historia, ha sido un proceso fundamental y la base de toda organización social para avanzar. Un acto que favorece la interacción entre individuos y grupos pero que pierde su esencia cuando las personas no están predispuestas a escuchar a los demás.

Esta es la amarga sensación que prevalece en FEMEVAL y las asociaciones que la componen sobre nuestra relación con el actual Consell de la Generalitat Valenciana. Un gobierno autonómico que ha tenido una oportunidad de oro en su primer año de gestión de sentarse a dialogar con los representantes de la sociedad civil para hacer una puesta en común de los problemas que aquejan a la industria, comercio y servicios del metal desde hace años y ponerles solución.

Pero en vez de mostrar voluntad para sentarse a hablar, nos hemos encontrado con un Consell que se ha esforzado en generar muchas expectativas sin llegar a materializar ninguna medida. Y, sobre todo, con un Consell hermético y con poca predisposición a reunirse y coger las riendas de la situación.

La ausencia de criterios unificados, de unos objetivos claros de actuación y la escasa aproximación a sectores productivos con tanto peso específico como el metalmecánico está forzando situaciones incómodas. Entre ellas, que tengamos que posicionarnos públicamente ante los medios de comunicación para reclamar una mayor interlocución y con ello evitar que la falta de entendimiento nos pase factura.

Los cargos públicos no pueden seguir asentados en sectarismos ni legislando a nuestras espaldas. Su responsabilidad es estar al servicio de la ciudadanía y las empresas también formamos parte de ella. Los últimos años han sido muy duros para todos y necesitamos que empiecen a ponerse en nuestro lugar, sin imposiciones.

Por eso, aunque consideramos positivo el nuevo rumbo marcado en el Seminario de Torrevieja por el Consell que contempla actuaciones imprescindibles como la industrialización de la Comunitat Valenciana, también les reiteramos nuestro ofrecimiento a dialogar para agilizar la puesta en marcha de ese plan y proactividad para activar otras medidas pendientes o que no evolucionan al ritmo que nos hubiera gustado.

Actuaciones como la definición de una hoja de ruta conjunta que asegure una política industrial real, estable y de futuro; agilizar el abono de facturas a proveedores; promover una mayor seguridad jurídica y fiscal; así como articular una gestión público-privada de la Seguridad Industrial para cumplir con la vigilancia en esta materia.

Insisto en que una Administración que trata de mirar al futuro sin tener en cuenta a sus interlocutores sociales no nos sirve. Por eso, sólo les pedimos, por el bien común, que nos atiendan para, entre todos, garantizar un horizonte de tranquilidad a las empresas que nos permita seguir trabajando y generando riqueza y empleo.