LA FUSI脫N DEL METAL

Post P煤blico 15/05/2015 8 2.084
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Las organizaciones empresariales, como las empresas, somos entidades dedicadas a prestar servicios a nuestros asociados/clientes. Y al igual que las empresas nuestro grado de eficacia se mide por lo que hacemos y cómo lo hacemos.

Como a ellas, también nos afectan los cambios coyunturales y la velocidad de vértigo en que se producen. Por lo tanto nuestro éxito depende, en gran medida, de saber adaptarnos a las oportunidades que nos brindan los mercados, de nuestra proactividad frente a la competencia, del acceso a fuentes de financiación externas y de una mejora constante de los servicios y productos ofertados.

Pero, sobre todo, nos condiciona el tamaño, un factor determinante para desenvolvernos en el actual entorno. Y en este punto, las fusiones son un instrumento fundamental que favorece ese cambio estructural que, tanto las empresas como sus organizaciones representativas, necesitamos para ganar en dimensión, y con ello en efectividad. Estas operaciones representan una oportunidad para acceder a nuevos canales de ventas, entrar en nuevos mercados o adquirir capacidades y recursos punteros para asegurarnos nuestro futuro.

En FEMEVAL sabemos que todos nuestros esfuerzos por alcanzar la excelencia no serían posibles sólo con nuestro trabajo. En esta tarea precisamos compartir información y experiencias con equipos especializados e interdisciplinares, para con ello aprovechar los beneficios que resultan de la cooperación. En este camino contamos con el mejor aliado: el Instituto Tecnológico Metalmecánico, AIMME. Un centro que da soporte a las empresas metalmecánicas para que mejoren procesos de su funcionamiento como el diseño, fabricación, organización de la producción hasta la gestión y formación de su capital humano.

Pero nuestra meta va más allá. Y ésta es conseguir avanzar en un proceso de convergencia de nuestra federación con el socio tecnológico de referencia del metal para alinear los recursos disponibles. Porque es evidente que la existencia de entidades complementarias, pero independientes, que prestan servicios similares genera confusión entre las empresas y merma nuestra capacidad de interacción con el sector al que representamos.

Asimismo, nos encontramos en un año lleno de cambios. Cambios que se avecinan en el ámbito político autonómico y nacional y en una coyuntura económica que, tímidamente, empieza a emprender el vuelo hacia la recuperación. Y este horizonte  nos exige adaptar nuestra estrategia comercial a la nueva realidad empresarial.

Una realidad en la que las empresas demandan una tipología de servicios “a la carta” que no están disponibles en el mercado y que, necesitan cada vez más. Una realidad que nos obliga a sumar esfuerzos para anticiparnos a sus necesidades.

Es, por tanto, el momento de priorizar fórmulas de actuación conjuntas a medio plazo. De sentarnos a consensuar un porfolio común, en el que de manera coordinada y sin solaparnos, ofrezcamos servicios de valor añadido que aúnen el know how de FEMEVAL como patronal con el papel de brazo tecnológico de las empresas de AIMME.

Esta es la tendencia. Un proceso al que debemos avanzar de forma natural para no perder de vista nuestra verdadera razón de ser, ni a quienes nos debemos: nuestros  “clientes”, las empresas del sector metalmecánico. Por eso, y convencidos de que la recuperación de la actividad económica está cada vez más cerca, debemos estar preparados para ayudar a nuestras empresas a acelerar la salida de la crisis con instrumentos a medida de sus demandas y expectativas.