CRISIS POSTVACACIONAL

Post P煤blico 08/09/2014 14 1.792
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Dejamos atrás el periodo estival para enfrentarnos de lleno al tan manido síndrome postvacacional. Una etapa que representa la vuelta al trabajo para algunos y el continuar con la búsqueda para otros tantos.

Si bien las vacaciones sirven de paréntesis para recargar pilas, reflexionar y proponerse objetivos para los meses venideros, su finalización conlleva también el regreso a una rutina marcada, como se ha evidenciado estos días, por escasas mejoras en materia económica.

Hemos regresado confiando en que temas que dejamos encauzados en julio como el progresivo aumento del empleo iban a continuar su escalada. Pero los datos han dado un giro que se ha significado en un aumento del paro en agosto en 8.070 personas y una disminución en 97.582 personas de la afiliación a la Seguridad Social, tras seis meses consecutivos de incremento. Y nuestra Comunidad Valenciana, aunque el desempleo ha bajado respecto al mismo mes del año pasado, ha liderado el crecimiento del número de parados al registrar 7.372, un 1,41% más frente al 0,1% de media española.

La sequía informativa del mes de agosto ha dado paso también a un nuevo escenario en el que afrontamos un retroceso de la confianza de los consumidores motivado motivado por una baja percepción sobre la evolución futura de la economía, del empleo y de los hogares. Además el contexto político comienza un curso con tintes electorales en el horizonte, lo que puede llegar a provocar un distanciamiento aún mayor de nuestros dirigentes de la realidad que nos rodea a los ciudadanos de a pie.

Ante este panorama, los empresarios y las organizaciones empresariales como FEMEVAL, lejos de tirar la toalla y darnos por vencidos, estamos dispuestos a seguir luchando para salir airosos de una crisis que sigue impregnándolo todo. Tras el verano traemos las maletas llenas de confianza. Confianza en nuestra capacidad como sector para resistir las adversidades económicas, como lo constatan los consecutivos incrementos de la actividad productiva que venimos experimentando desde principios de año. Confianza en que las perspectivas que se abren para nuestra economía en general, y para el metal en particular, mantengan su constancia. Confianza en que el flujo de la financiación a las empresas, aunque lenta, continúe llegando. Y confianza, sobre todo, en que se dirijan todas las miradas hacia nuestra industria como modelo de crecimiento sostenido y sostenible capaz de generar riqueza y empleo.

Pero para que esta industria pueda coger el testigo de la recuperación, debemos seguir incidiendo en que se apueste firmemente por factores de futuro como la formación, la innovación, el apoyo a la internacionalización, así como una fiscalidad y políticas energéticas más favorables para poder competir en igualdad de condiciones con nuestros homólogos europeos.

Seguir, sumar y ganar. Esa es la actitud y nuestra fortaleza como sector y como patronal para afrontar sin miedo crisis postvacacionales y síndromes enquistados. Somos el primer motor productivo de la economía y el más capacitado para dinamizar una situación, que a todas luces, mejorará con el esfuerzo, compromiso e implicación de todos.