La "Igualdad en la empresa. Un reto constante" ha sido el tema central de la jornada organizada por FEMEVAL, Unión de Mutuas y la Universitat de València. Un encuentro presentado por la directora territorial de Unión de Mutuas, Mª Ángeles Capilla, y clausurado Sandra Gómez, primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valencia.
Como moderador, el secretario general de FEMEVAL, Alejandro Soliveres, ha destacado como introducción a la Mesa Redonda que el principio de igualdad debe de ser uno de los ejes que guíen a las empresas y a su cultura. Asimismo, ha incido en la importancia de la negociación colectiva como instrumento para conseguir la igualdad y no discriminación por razón de género, aunque “paradójicamente, hay un mayor y mejor desarrollo de cláusulas de igualdad en convenios con elevadas tasas de ocupación masculina como el metal frente a sectores más feminizados”.
En la mesa han participado como ponentes Gemma Fabregat, profesora titular del departamento de Trabajo y Seguridad Social de la Universitat de València; Empar Aguado, profesora del departamento de Sociología y Antropología Social de la Universitat de València; Mar Mateu, agente de Igualdad de Unión de Mutuas y Maite Camps, directora de Recursos Humanos de FEMEVAL.
Los obstáculos y estereotipos sociales y culturales que impiden la igualdad laboral entre hombres y mujeres han sido las principales cuestiones abordadas por las expertas participantes, quienes, además, han hecho hincapié en la actual brecha de género en el mercado laboral, la segregación ocupacional, la concentración del empleo femenino en determinadas ramas de actividad y en puestos más precarios, así como la existencia del suelo pegajoso y el techo de cristal que frena el acceso de las mujeres a puestos mejor retribuidos y de mayor responsabilidad.
En su intervención la profesora de Derecho del Trabajo, Gemma Fabregat, ha contextualizado jurídicamente el principio de igualdad, recogido en el marco constitucional y en el Estatuto de los Trabajadores, y ya, como acción normativa, en 2007, con la Ley de Igualdad Efectiva entre mujeres y hombres, la LOI. Una ley “integral y transversal” que “obliga a las empresas a garantizar la igualdad mediante la negociación colectiva, los planes de igualdad y el establecimiento de medidas de acción positiva”. Por tanto, las empresas están obligadas a respetar y garantizar la igualdad real, y los planes de igualdad tienen que “negociarse con los representantes de los trabajadores”, y “alcanzar la igualdad, y eliminar la discriminación por razón de sexo”. Y para conseguir la igualdad en las empresas, ha abogado por aplicar soluciones combinadas como “un mayor control de la negociación colectiva” y de los planes de igualdad, un mayor control en el seguimiento y “detección de los incumplimientos normativos y “sanciones económicas más relevantes y sentencias judicales más duras”.
Por su parte, Empar Aguado, ha señalado que la incorporación de las mujeres al empleo no se da por igual en todos los sectores y niveles laborales. Una desigualdad que acarrea consecuencias negativas ya que “la segregación por sexo apuntala una brecha salarial de género” en la renta presente y en la renta de jubilación. Lo que significa “un mayor riesgo de pobreza presente y futura”.
La experta en Igualdad de Unión de Mutuas, Mar Mateu, ha hecho referencia a la experiencia de la mutua, de más de diez años, en la elaboración e implantación de planes de Igualdad, ya que el primer plan de Igualdad de la entidad data de 2009. Mateu ha señalado que las medidas de los planes de igualdad deben de “facilitar la conciliacion desde la corresponsablidad” y ha calificado de absoluto error elaborar medidas dirigidas mayoritariamente a las trabajadoras, ya que así es como se mantienen los roles y los esteorotipos que marcan la división sexual del trabajo.
También la directora de RRHH de FEMEVAL, Maite Camps, ha expuesto el compromiso de la Federación con la igualdad, una organización que “a pesar de no tener una obligación legal, promovemos la igualdad y el principio de no discriminación como pilar básico de la política de la empresa.Y lo hacemos por convencimiento y como ejemplo para todas nuestras empresas asociadas”. Al respecto, FEMEVAL tiene un exigente Plan de Igualdad implantado en su gestión interna desde el año 2000 que contempla la conciliación, un programa de beneficios sociales, el uso del lenguaje inclusivo, la equiparación salarial, la eliminación de la designación sexista y la promoción de la participación de las mujeres en los órganos de gobierno, entre otras medidas.
Durante la clausura, la primera teniente alcalde del Ayuntamiento de Valencia ha apelado a la colaboración ente las empresas y la Administración para avanzar en la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, y ha destacado la labor que desde el Ayuntamiento de Valencia está haciendo la Agencia de Desarrollo Local a favor de “visibilizar a las mujeres” procedentes de colectivos más vulnerables y mujeres desempleadas mayores de 50 años, ayudándolas a reincorporarse al mercado laboral, “impulsándolas en liderazgo, combatiendo la brecha salarial, el suelo pegajoso y el techo de cristal”.
Sandra Gómez ha asegurado que el Ayuntamiento seguirá “poniendo los recursos personales y económicos para hacer políticas en positivo que sitúen a las mujeres a la altura de los compañeros en el trabajo y en la vida”. Seguiremos trabajando para que los límites de nuestros éxitos dependan exclusivamente de nosotras mismas”, ha concluido.