Cuando hace 10 años recogí el testigo de la presidencia de FEMEVAL, se me plantearon dos enormes retos. Por un lado, la delicada tarea de mantener el listón de mis antecesores que, sin lugar a dudas, lo habían dejado muy alto. Y, por otro, asumir el rol de que formaba parte de un cambio generacional que, por entonces, demandan las organizaciones empresariales.
Con esta responsabilidad bajo del brazo tomé las riendas de la mayor patronal del metal de la Comunidad Valenciana en un contexto económico que aún no estaba marcado por los zarpazos de la crisis.
En esta etapa he contado con el apoyo incondicional del equipo de profesionales que hacen posible esta federación. Ellos han sido mis mejores aliados y los que, sin dudar, me han hecho sentir los colores de FEMEVAL, y los que me han brindado la oportunidad de crecer profesional y personalmente. Juntos hemos recorrido un camino repleto de éxitos, pero también de sinsabores. Porque como he indicado, nadie esperábamos el revés económico que se avecinaba a partir de 2008 y que tanto nos ha afectado a todos.
Y digo todos porque la dureza de estos años se ha llevado por delante a numerosas empresas provocando una grave e irreversible destrucción del tejido productivo; ha hecho que el desempleo crezca de manera vertiginosa; y ha obligado a organizaciones empresariales como la nuestra a poner en marcha exigentes planes de austeridad para no hipotecar nuestro futuro. Un panorama que, además, se ha aderezado con un sector público con escasa capacidad de autocrítica y proactividad en la toma de decisiones trascendentes, lo que ha conllevado a la mayor crisis de confianza en la clase dirigente dela historia de nuestro país.
Si algo he aprendido en estos años es que, ante coyunturas adversas, organizaciones como FEMEVAL necesitan anticiparse y satisfacer las necesidades de sus asociados, saber escuchar a su sector para actuar como una voz homogénea de sus demandas y ser transparentes y responsables en su forma de hacer. Tres requisitos imprescindibles para ganarse la confianza y respeto de las empresas a las que representan y asegurarse su credibilidad ante el conjunto del la sociedad.
Con estas tres claves como referencia, en esta década nos hemos esforzado al máximo por ser compañeros de viaje infatigables de nuestras empresas a las que hemos dado soporte con servicios con un alto nivel de autoexigencia. También hemos orientado nuestra labor a reforzar el papel de FEMEVAL ante la Administración, los sindicatos y las organizaciones empresariales de mayor rango. Y todo con el objetivo de incrementar nuestro mapa de representación en las instituciones para contar con una presencia cada vez más consolidada, activa e influyente que nos permita defender los intereses del metal.
Este último aspecto es el que ha llevado a la federación a adelantar sus elecciones de 2015, previstas en un principio para el mes de mayo, al próximo 31 de marzo. Una decisión que se ha adoptado, en primer lugar, ante la proximidad de otros procesos electorales de organizaciones como CEV, CIERVAL o CONFEMETAL en los que la patronal del metal tiene representación, y a los que queremos acudir con un posicionamiento firme y capacitado para la toma de decisiones. Y en segundo, porque ahora más que nunca el sector metalmecánico tiene que ganar fuerza ante un futuro escenario político que se augura diferente.
Con la presentación de mi candidatura, la única que opta a este proceso electoral, quiero continuar formando parte de este gran proyecto que es FEMEVAL. Una federación que goza de buena salud y el eslabón más importante entre el sector metalmecánico y la sociedad.
Mi compromiso es continuar escuchando a las empresas, especialmente a las más pequeñas, para hacer llegar su voz a aquellos ámbitos donde se decide gran parte del futuro de la economía de la Comunidad Valenciana.
Las metas para esta nueva etapa pasan también por defender un Plan Industrial que asegure la competitividad de nuestro sector a medio y largo plazo; por potenciar la sectorialidad de las organizaciones, porque sectores como el metal son los que realmente vertebran la economía; por la búsqueda permanente de la cliente orientación; por reivindicar programas de formación autonómicos y estatales que lleguen a las empresas y sus trabajadores; y abogar por una Negociación colectiva que se ajuste a la realidad de nuestros negocios ya que, a pesar de los datos que apuntan hacia la recuperación, aún no acabamos de verlos en nuestras filas.
Acabo dando las gracias a todas las personas que me han acompañado en estos años como presidente y dando la bienvenida a los miembros del Comité que empezarán conmigo esta nueva andadura. Y os emplazo a todos a participar en la Asamblea del próximo 31 de marzo donde me gustaría agradeceros vuestra confianza. Pero sobre todo para transmitiros la ilusión de poder seguir sintiendo los colores de FEMEVAL con todos vosotros.