Uno, dos, tres, cuatro, cinco… y así hasta cien son las veces que hemos pedido una política industrial creíble y estable a largo plazo. Y tras tanto tiempo solicitando algo que entiendo es más que razonable para recuperar los porcentajes del motor que empuja nuestra economía, vemos estos días que algo empieza a forjarse.
Me refiero a la tan esperada presentación del Plan Estratégico de la Industria Valenciana (PEIV) por parte del conseller de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, Rafael Climent, en el Observatorio de la Industria. Si bien ha cumplido los plazos de presentación del borrador previsto para este mes de junio, su contenido nos ha sabido a poco.
Desde FEMEVAL aplaudimos que para realizar un diagnóstico sobre el estado de la industria valenciana, hayan contado con la colaboración de más de 500 empresarios, sindicatos, la Universitat Politécnica de València, institutos tecnológicos y asociaciones empresariales. Celebramos que se apueste por superar al País Vasco y convertir a la Comunitat Valenciana en la primera potencia industrial de España, un reto muy ambicioso que debe ir acompañado de un valiente impulso a la innovación, el posicionamiento de marca y la industrialización. Aplaudimos que el ansiado PEIV abogue por un nuevo modelo de Formación Profesional, basado en las necesidades formativas de las empresas. Y, por supuesto, aprobamos que hayan comenzado, en colaboración con el Servef, a mantener reuniones con empresas para identificar sus necesidades y cuyas conclusiones anunciarán en julio, como punto de partida a una futura Ley de Educación.
Asimismo damos la bienvenida a la puesta en marcha por parte del Consell del complejo industrial del Parc Sagunt II, así como al proyecto de Ley de Áreas Industriales que, tras dos años de trabajo con todos los sectores implicados, nace con un amplio consenso. Una normativa que persigue hacer de la Comunitat Valenciana la autonomía con mejor tratamiento de suelo industrial de España.
Hasta aquí todo correcto. Pero necesitamos más compromisos en firme, y cuanto antes mejor. El conseller no ha acabado de precisar el cuándo, ni se ha pronunciado sobre los plazos de ejecución ni la partida presupuestaria que se va a designar al PEIV. Menos aún: ni siquiera hemos visto un borrador, amparado en esa incertidumbre financiera que envuelve a las Comunidades Autónomas, a la espera de que el Ministerio de Hacienda fije el techo de gasto para 2018, que está previsto se apruebe en pocos días. Este borrador, con los fondos y designaciones pertinentes, se espera también para el mes de julio. Según Luis de Guindos, ministro de Economía, no será tan restrictivo como las anteriores. Veremos en qué medida se ha aflojado el nudo de la corbata el señor Montoro.
Como decía, necesitamos hechos porque llevamos demasiado tiempo esperando un plan que nunca acaba de llegar. En paralelo, los principales sectores industriales –baldosas cerámicas, calzado, metalmecánico, textil y madera– hemos dado un do de pecho al agruparnos en la nueva patronal Confeindustria CV, de la que me enorgullezco presidir de manera provisional. Un gesto que demuestra que sumando esfuerzos se consiguen grandes objetivos. En el acto de constitución presentamos el decálogo que regirá las actividades de la Confederación y que recoge una serie de propuestas que agradeceríamos que la Consellería de Economía tuviera en cuenta.
La primera y más urgente de las medidas, como no podía ser de otra forma, aboga por la activación, sin demora, de un plan de reindustrialización, así como que se establezca un nuevo modelo de crecimiento económico donde el peso de la industria y sus servicios auxiliares sea significativo.
Más claro, más alto y más unidos no lo podemos pedir. No dudamos de la labor del conseller y su gabinete, pero anhelamos abandonar la sala de espera y experimentar un cambio de ritmo que nos lleve a conclusiones reales para que la industria valenciana camine con paso firme hacia un horizonte claro y definido de una vez por todas.
Eso sí. Una última petición. Ya que al actual Consell le queda sólo año y medio y desconocemos el porvenir político de nuestra Comunitat, solicitamos a nuestros dirigentes que alcancen un pacto de Gobierno para que la política industrial que se apruebe sobreviva a las legislaturas venideras.