Barómetro del Metal

LA INERCIA SE AGOTA

Post Público 21/10/2016 14 2.132
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En física, se estudia la inercia como la propiedad que tienen los cuerpos de permanecer en su estado de reposo o movimiento, mientras no se aplique alguna fuerza sobre ellos. Si he empezado así este post es para reflexionar sobre una situación que nos ocupa y nos preocupa como federación.

Llevamos demasiado tiempo esperando un consenso de los partidos políticos para formar Gobierno. Un debate interminable en el que se han enquistado, mientras aprovechan la inercia económica generada por el gran motor que mueve nuestro país: sus empresas. Pero los días pasan, y ese inmovilismo político empieza a pasarnos factura. Los indicadores apuntan ya que las nítidas señales de reactivación de los últimos trimestres, aunque mantienen parte de su impulso, empiezan a debilitarse y podrían tener los días contados.

La realidad nos dice que no podemos seguir más tiempo con un Ejecutivo en funciones sin capacidad para elaborar los Presupuestos ni aprobar leyes. Esta inacción está generando una incertidumbre que aumenta a medida que pasan los meses. Y ya van once. Casi un año impidiendo que se corrija el más que elevado desfase entre los ingresos y gastos públicos, incumpliendo con unos compromisos europeos que no admiten más demora y sin adoptar iniciativas económicas que desahoguen a unas empresas que, a pesar de haber resurgido solas de sus cenizas, necesitan oxígeno.

Un año en el que han escaseado las medidas para recuperar la confianza de los inversores y conseguir una inyección de liquidez. Pero si algo echamos en falta como empresarios es que no se hayan abordado profundas reformas. Entre ellas la correspondiente al destino de los fondos finalistas de formación continua, porque la situación es intolerable. Necesitamos una alta cualificación de nuestros recursos humanos para ser competitivos, y para ello exigimos, una vez más, que el Gobierno deje de desviar para financiar otras partidas estos recursos para formación que salen de nuestra contribución como empresarios y trabajadores.

Aunque sus señorías estén empeñadas en no entenderse, tienen una nueva oportunidad a la vuelta de la esquina. Quizás la última. Por eso, al igual que los empresarios, trabajadores y los agentes sociales hemos tomado el mando de la situación necesitamos que alguien lo tome ya en La Moncloa porque la inercia se agota.

Esa resistencia que están demostrando las formaciones políticas a cambiar su estado de reposo para empezar a mover los hilos de este país, no beneficia a nadie. Es nuestra obligación recordarles que no todos los empleos los genera la Administración. Que los sueldos públicos, las pensiones y las prestaciones de desempleo no se pagan solos y que para que no se vacíen aún más las arcas del Estado tienen que empezar a moverse.

Debemos recordarles también que los ciudadanos ya nos hemos pronunciado en dos ocasiones en las urnas y pedir una tercera sería una irresponsabilidad. Y digo esto porque no somos simples convidados de piedra que nos limitamos a dar nuestro voto para que luego no se tenga en cuenta. Pero, sobre todo, tenemos que hacerles ver que no estamos dispuestos a pagar vía impuestos las consecuencias de esa falta de compromiso con el bienestar social y con un crecimiento sostenible.

Hasta la fecha hemos demostrado como país que sabemos salir airosos de situaciones de crisis, gracias, en gran parte, a la dinámica de su tejido productivo y al esfuerzo de la ciudadanía para reanimar la demanda interna. Sólo pedimos que nuestros representantes políticos no agoten la inercia que generamos con tanta determinación y esfuerzo.