Álvaro, licenciado en Físicas, es uno de tantos jóvenes que tras su paso por la Universidad está buscando trabajo. Acaba de terminar unas prácticas no remuneradas de seis meses y el verano pasado consiguió un empleo precario con un sueldo que apenas podía llamarse de mileurista. Ninguno de los currículos que ha echado ha obtenido respuesta. Y los trabajos que pueden encajar en su perfil o piden entre 2 y 5 años de experiencia, nivel alto de inglés o prefieren técnicos, en vez de licenciados. Un horizonte laboral, de momento, oscuro y lejano.
Como él son muchos los adolescentes que van a la universidad porque toca, y no se plantean otra opción, bien por prestigio social o por desconocimiento de la oferta formativa existente. Además pocos consideran la empleabilidad de los estudios porque el sistema no contribuye a ello. Son los propios orientadores los que les preguntan qué quieren estudiar, en vez de en qué les gustaría trabajar.
La orientación debe mirar al mercado, a los nuevos modelos de negocio, a las nuevas profesiones, a los sectores demandantes de empleo cualificado y ofrecer a los jóvenes las perspectivas del futuro inmediato. Asimismo, hay que dejar atrás viejos estereotipos que asocian la FP para los fracasados y la universidad para los triunfadores. Nada más lejos de la realidad.
La FP está detrás de muchas profesiones nuevas y muy especializadas, y además contribuye a desarrollar muchas vocaciones. Pero es evidente que queda un largo camino por delante para corregir errores de base. Y el primero es insistir desde edades tempranas en que matricularse en una Formación Profesional de grado medio o superior es una garantía para trabajar. Para que los jóvenes se planteen estos estudios en primera opción tiene que haber un cambio cultural que pasa por un giro del sistema educativo para que las empresas expliquen su necesidad de estos perfiles, que ayuden a los centros de FP a diseñar la oferta y que los centros sean flexibles en la adaptación.
La Comisión Europea ya ha advertido a España que debe hacer más esfuerzos por promocionar la formación profesional ya que las cifras registradas en nuestro país quedan lejos de las europeas. E incluso las estimaciones del Gobierno para 2020 indican que, para ese año, el 50% de los trabajos disponibles requerirán un nivel medio de cualificación, frente a un 35% de titulación superior.
A estos datos tenemos que añadir los de nuestro propio sector en el que todos los perfiles profesionales –tanto universitarios como de FP- tienen cabida. El metal es un demandante de empleo cualificado que necesita cubrir puestos de trabajo relacionados con titulaciones universitarias de ingeniería, tecnología, responsables para todas actividades del proceso productivo… Un amplio abanico laboral en el que la tasa de desempleo para estos titulados es prácticamente nula. Además para los grados de formación profesional tanto de nivel medio como superior en las ramas de fabricación mecánica, electricidad-electrónica, mantenimiento de vehículos, mantenimiento y servicios a la producción no existe el desempleo. Es más, ofrece salarios por convenio muy dignos frente a los cinco millones de españoles que son mileuristas.
Pero el problema son las vacantes de ciclos formativos de las ramas técnicas del metal que ofertan los centros formativos frente a la necesidad cada vez más acuciante de incorporar técnicos especialistas en Formación Profesional Reglada en el seno de nuestras empresas. Ante este escenario, desde FEMEVAL hemos emprendido una campaña para prestigiar estos ciclos porque es ahora cuando se tienen que empezar a formar las futuras generaciones de trabajadores del metal.
Con este empeño, y bajo el lema LA NUEVA ERA DEL METAL #elmetalemplea, hemos empezado a visitar Institutos para atraer talento y animar a los jóvenes a optar por una rama metalmecánica de FP. El objetivo es destacar el potencial del metal como protagonista de una nueva era que pivota sobre la gran demanda de nuevos perfiles profesionales, y la estabilidad laboral que ofrece. Y qué mejor forma de ilustrarlo que con este vídeo que muestra el papel protagonista del metal en nuestro contexto socio-cultural y económico.
Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies.
Estrictamente necesarias
La cookie estrictamente necesaria debe estar habilitada en todo momento para que podamos guardar sus preferencias para la configuración de cookies.
Si deshabilita esta cookie, no podremos guardar sus preferencias. Esto significa que cada vez que visite este sitio web deberá habilitar o deshabitar
nuevamente las cookies.
Cookies de terceros
Este sitio web utiliza Google Analytics para recopilar información anónima, como el número de visitantes del sitio y las páginas más populares o
plataformas como Twitter o Youtube al navegar por ellas o al emplear sus medios integrados.
Mantener esta cookie habilitada nos ayuda a mejorar nuestro sitio web.
Las cookies son pequeños archivos de texto que las páginas web pueden utilizar para hacer más eficiente la experiencia del usuario.
La ley afirma que podemos almacenar cookies en su dispositivo si son estrictamente necesarias para el funcionamiento de esta página. Para todos los demás tipos de cookies necesitamos su permiso.
Esta página utiliza tipos diferentes de cookies. Algunas cookies son colocadas por servicios de terceros que aparecen en nuestras páginas.
En cualquier momento puede cambiar o retirar su consentimiento desde la Declaración de cookies en nuestro sitio web.
Obtenga más información sobre quiénes somos, cómo puede contactarnos y cómo procesamos los datos personales en nuestra Política de privacidad.
Al contactarnos respecto a su consentimiento, por favor, indique el ID y la fecha de su consentimiento.