Acaba de terminar una campaña electoral de infarto hacia las urnas. Una carrera meteórica por conseguir un sillón autonómico o municipal. Atrás quedan los sloganes más o menos acertados, la propaganda política retwitteada, los debates interminables y las agendas de vértigo de unos candidatos empeñados en convencer a unos más que indecisos y hastiados ciudadanos. Dejamos atrás también una campaña marcada por un galimatías de siglas y partidos emergentes y repleta de mensajes enfrentados con un mismo hilo conductor: la corrupción.
Sí. Por fin podemos decir que las estrategias, las sonrisas retocadas con photoshop, los compromisos y promesas han dado paso a unos resultados electorales que han sobresaltado a unos y a otros porque las nuevas fuerzas políticas se han hecho hueco desestabilizando el bipartidismo. Y todo apunta a que los partidos más votados van a tener que sentarse a pactar con otras formaciones políticas para conseguir la mayoría necesaria que les permita adoptar decisiones.
Pero estos pactos, lejos de convertirse en una nueva batalla por afianzarse en el poder, deben ser la llave para aprender a gobernar desde otra perspectiva. Esto es, con la meta puesta en colaborar con unidad de criterio para convertir las propuestas electorales en realidades.
Así que finalizadas las vacaciones electorales, toca ponerse a trabajar. El nuevo Consell que se forme debe empezar a mover ficha porque queda mucho por hacer. El primer movimiento pasa por consensuar qué quiere ser de mayor la Comunitat Valenciana, esto es, hacia qué modelo económico y social tiene que evolucionar y cómo. Porque no nos podemos permitir el lujo de que la recuperación que estamos atisbando nos devuelva al modelo anterior. Esto supondría desandar un camino en el que cientos de empresas y trabajadores nos hemos dejado el pellejo para alcanzar la meta de la recuperación que empezamos a ver en el horizonte.
Llegados a este punto, desde FEMEVAL le solicitamos que vea en la reindustrialización ese modelo productivo óptimo capacitado para alimentar el mercado laboral y garantizar elevadas tasas de productividad. Para ello les reclamamos una mayor visión estratégica y capacidad para adoptar medidas de estímulo y decisiones a tiempo que contribuyan a dotar de continuidad y solidez a la Estrategia de Política Industrial Visión 2020, para cuyo cumplimiento brindamos, una vez más, nuestra colaboración.
En FEMEVAL no queremos que se apueste más por nuestro sector que por otros. Lo que pretendemos es que destinen los recursos públicos con rigurosidad y sensatez. Y una inversión exitosa es asignarlos a la innovación, a favorecer e incentivar el crecimiento del tamaño medio de nuestras empresas, a las nuevas tecnologías, así como a la eficiencia energética, el conocimiento, el valor añadido y la internacionalizacion. Con ello estoy seguro que estaremos acertando.
Un plan de reducción del gasto público para esta legislatura, una mayor coordinación entre Administraciones para alimentar unas arcas llenas de telarañas, así como cumplir con los plazos de pago a proveedores que establece la Ley de Morosidad, son sólo algunas de las medidas sobre las que también deben orientar sus esfuerzos. Nuestras empresas no pueden seguir soportando unos plazos de pago de 74 días de media, ni tolerar que la administración valenciana sea la segunda que más tarda en abonar sus facturas de toda España.
Urge, a su vez, dar una vuelta de tuerca a las normativas para agilizar su cumplimiento y desaflojar la política fiscal para que no acabe de asfixiarnos. Y, cómo no, la puesta en marcha de planes de reactivación como el de rehabilitación y ampliación de los Planes Renove a cualquier actividad industrial. Una mayor cooperación público-privada también se nos antoja imprescindible, así como un apoyo más decidido a la contratación y al mantenimiento de plantillas estables que realizan los empresarios.
Y deben poner el foco, junto con la participación de las organizaciones empresariales y empresas, en la formación profesional reglada y la formación profesional para el empleo, y adaptarlas a las necesidades reales del tejido productivo.
En FEMEVAL les pedimos, por último, madurez política para afrontar una nueva era en la que ya no caben intereses partidistas ni guerras de juegos de tronos. Toca dejar atrás el “y tú más” y empezar a trabajar desde la colaboración y en beneficio del bien común. Esta será la mejor actitud para emprender un camino que los ciudadanos han decidido que se recorra, a partir de ahora, de otra manera.