Si en un proceso de selección se formulan preguntas como ¿está usted casada? o ¿tiene previsto tener hijos?, evidencia que algo funciona mal en esa compañía. Es más, incurre en una ilegalidad al vulnerar el artículo 14 de nuestra Constitución: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición personal o social“.
En pleno siglo XXI es imprescindible que cualquier entidad pública o privada sepa gestionar la diversidad. Pero la realidad nos dice que sigue siendo una asignatura pendiente. Sobre todo por desconocimiento de sus beneficios, ya que surge la duda sobre la cuantía de hacer las cosas de forma distinta a como se han realizado hasta ahora. La respuesta es sencilla: la desigualdad resulta mucho más cara.
Es importante que las empresas vean en la política de igualdad una oportunidad y no un coste. Porque es una fuente para atraer y retener talento y es sinónimo de eficiencia y eficacia de los recursos humanos. Además reporta una mejora significativa a todos los niveles que van más allá de las mejoras de procesos, de la cuota de mercado o la rentabilidad: crea oportunidades colectivas e individuales de aprendizaje, aumenta el compromiso y el interés de las plantillas y con ello mejora su productividad, su satisfacción, autoestima y reduce el absentismo laboral.
Si digo todo esto es con conocimiento de causa, porque en FEMEVAL somos lo que hablamos. Nuestra organización empresarial viene demostrando desde el año 2000 una intensa implicación por promover y garantizar la integración, la igualdad real de oportunidades y el principio de no discriminación como pilar básico de actuación. Un empeño que materializamos en un Plan de Igualdad, que en 2017 alcanzará su tercera edición.
En FEMEVAL asumimos la igualdad, junto a otros valores como el cuidado del medio ambiente, la salud laboral, los derechos humanos, el desarrollo sostenible y el respeto a los demás, como un sello que identifica nuestra cultura corporativa.
Algo tan sencillo como realizar una entrevista de trabajo atendiendo sólo a la cualificación requerida, sin tener en cuenta las condiciones familiares de las persona candidata ni utilizar lenguaje discriminatorio, es un gesto que forma parte de nuestro Plan. En él contemplamos otros ejes encaminados a sensibilizar a la plantilla sobre las claves y estrategias de la conciliación laboral, personal y familiar; a asegurar una presencia equilibrada entre hombres y mujeres en todos los puestos de nuestra organización, así como el acceso a formación. A estas pautas se une la aplicación de esquemas de retribución homogéneos, el fomento de la salud laboral y una guía de buenas prácticas sobre el uso no sexista del lenguaje en las comunicaciones que emitimos.
Nuestro compromiso ha ido todavía más allá porque hemos conseguido incluir una cláusula sobre el enfoque de género en el recién firmado convenio colectivo del Comercio del Metal de la provincia de Valencia para 2016-2019. Asimismo, hemos incorporado una nueva categoría en nuestros Premios para galardonar la práctica socialmente responsable entre cuyas materias se encuentra la igualdad de género.
Como decía, el mejor argumento es predicar con el ejemplo. Y qué mejor muestra que detallar algunas de las actuaciones que rigen en FEMEVAL, que nos autoimponemos y que, a su vez, exigimos a las empresas y entidades con las que nuestra organización colabora de forma habitual.
Los beneficios han quedado claros. Las herramientas también. Ahora sólo hace falta asimilar que la igualdad es un derecho y una victoria para todos.