Para conocer el nacimiento de la impresión 3D hay que remontarse 40 años atrás, dónde Charles Hull, en 1983, creó el primer dispositivo capaz de reproducir pequeños objetos usando una luz ultravioleta que endurecía un polímero líquido según una serie de datos digitales.
Estas impresoras nunca llegaron al público general ya que, su precio resultaba bastante elevado y su mantenimiento complicado. Sin embargo, con el paso de los años llegaron nuevos modelos al mercado que democratizaron el acceso a esta nueva tecnología. Las nuevas impresoras 3D ya no usaban líquidos por lo que el mantenimiento de las mismas se simplificó en gran medida. El nuevo sistema de impresión usaba unas bobinas con hilos de polímero a modo de “tinta” que se fundía para crear objetos en tres dimensiones. Este modelo que te citábamos anteriormente es el que, si has oído hablar anteriormente de la impresión 3D, posiblemente reconozcas.
Hoy en día, esta tecnología se ha abaratado tanto que incluso muchos ciudadanos la han incorporado en sus hogares.
La industria de la impresión 3D también se vio afectada por la crisis sanitaria de la Covid-19, sin embargo, logró hacerse fuerte durante el confinamiento y el cierre del comercio internacional. Muchos productores locales que poseían una impresora 3D unieron fuerzas para satisfacer la demanda de componentes sanitarios, como por ejemplo respiradores hechos íntegramente con componentes impresos en 3D.
Esta nueva tecnología ha demostrado ser de gran utilidad en la producción de todo tipo de componentes, ya no solo los sanitarios sino también el prototipado para diseño industrial, o incluso, con los últimos avances, en la industria alimenticia.
Ventajas y desventajas de la impresión 3D para pymes
Algunas de sus ventajas son:
Creación de diseños complejos: permite crear, sin ayuda de terceros, componentes bajo demanda basados en diseños propios o de terceros.
Personalización de objetos: las impresoras 3D ofrecen la posibilidad de crear objetos únicos, personalizando cada creación.
Reducción de costes: desaparecen los gastos en moldes, herramientas complejas y materiales específicos. El único coste para crear un objeto impreso en 3D son las bobinas de los filamentos y el coste en electricidad.
Reducción de los tiempos de producción: como se comentaba, no es necesario el uso de intermediarios.
Democratización de la tecnología: gracias a la facilidad de uso, la fiabilidad y la reducción del precio de la impresión 3D, el acceso a esta tecnología es mucho más sencillo.
Por otro lado, algunos de sus inconvenientes son:
El acabado de los modelos requiere trabajo: los objetos impresos en 3D no tienen un acabado perfecto, suelen necesitar un pequeño esfuerzo para eliminar impurezas e imperfecciones.
Poco catálogo de materiales: las impresoras 3D suelen aceptar un número limitado de materiales. Aun así, es importante destacar que, esta tecnología está en constante evolución y la llegada de nuevos modelos más polivalentes es inminente.
Algunos usos de la impresión 3D
Prototipado y diseño de producto: muchos negocios donde necesitan introducir cambios o actualizaciones en sus productos usan estas herramientas para reducir costes y tiempos de espera. Como por ejemplo: los dentistas, joyeros o diseñadores.
Diseño de herramientas: comprar herramientas para determinados trabajos puede suponer un desembolso muy grande para algunas pymes, por lo que muchas han optado por el diseño y creación de herramientas propias.
Ingeniería inversa: la impresión 3D ayuda a muchas pymes a aprender de productos o piezas ya existentes.
Complemento para añadir valor: algunas empresas están utilizando esta nueva tecnología para crear un valor añadido a los productos que venden, ya sea una pieza, un detalle o un logo en relieve.
En definitiva, la impresión 3D nos abre una gran variedad de oportunidades de mercado en las cuales el límite lo pondrá la imaginación de cada uno a la hora de crear.
FUENTE (Noticia de AceleraPyme.es del 17-10-2022)
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